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Cuando María me habló de una actividad del Grupo Excursionista de Peñalara por las montañas de su pueblo, Regumiel, organizado por ella y Miguel Ángel, no lo dudé, rellené el formulario y me apunté.
El viernes 7 llegamos a Quintanar de la Sierra tras un agradable turisteo por el camino. Comenzaban esos días las fiestas del pueblo, por lo que no resultó fácil hallar sitio para cenar. Las certeras gestiones de María nos llevaron al restaurante del camping, donde entre torreznos, morcillas y demás conocí a los que serían mis gratos compañeros de ruta. A la luz de las luciérnagas y disfrutando del frescor de las orillas del Arlanza, regresamos al hotel Domingo.
La ruta del sábado partía del aparcamiento del paraje natural de Castroviejo, a donde algunos llegaron con retraso debido (según ellos ;)) a unos incidentes con la Benemérita y Google Maps.
Con la experta guía de Miguel Ángel, iniciamos el ascenso al pico Muñalba (2.079 m.), el tercero más alto de la provincia de Burgos, recorriendo un hermoso pinar, con algunos ejemplares espectaculares en el lugar llamado Pino Cardenal.
Sobrepasado el bosque, transitamos por terreno abierto, que aquí llaman campiña, hasta llegar a la primera cumbre del día. Desde el Muñalba la ruta discurre por la cresta de la Sierra de Urbión hasta el pico del mismo nombre, pasando por el pico Tres Provincias (2.049 m.) donde, como habréis adivinado, se juntan las de Soria, Burgos y Rioja. Las vistas son en todo momento sensacionales, con las lagunas glaciares a los pies de los circos y las montañas del Sistema Ibérico como telón de fondo.
Descendimos hasta la hermosa laguna de Urbión, donde los más audaces se bañaron. Otros no (“hace mucho viento, se me olvidó la toalla…”). Tras disfrutar de este maravilloso paraje, ascendimos a Peñas Claras (2168 m.), con formaciones rocosas muy curiosas por la erosión de la arenisca. A su resguardo comimos, pues el viento nos acompañó por todo el cordal. El postre fue remontar hasta el pico Urbión (2228 m.) el punto más alto de Soria y de nuestra ruta.
Desde allí ya todo fue bajada acompañados por el recién nacido Duero primero y pasando por el refugio llamado Búnker y la fuente del Berro después. Tanto en el nacimiento del Duero como en la mencionada fuente pudimos repostar agua.
Cerca del aparcamiento de Castroviejo visitamos unas formaciones rocosas con controvertidas pasarelas instaladas para disfrute del turista.
Tras la preceptiva cerveza/s en Regumiel y la cena en el hostal Domingo, unos nos fuimos rendidos a la cama y otros hicieron etapa nocturna acompañando a la mocería del pueblo a rondar a la reina de las fiestas de San Cristóbal.
La ruta matutina del domingo, diseñada y guiada por María, transcurrió por el Parque Natural Lagunas Glaciares de Neila.
Partimos del aparcamiento de Peña Aguda y, tras visitar las lagunas de las Pardillas y de los Patos, con sendos refugios en sus orillas, remontamos 200 metros de desnivel para alcanzar la parte alta del circo. Lo recorrimos hacia el este acompañados por un refrescante viento y el canto insistente de las alondras. Hacia abajo se veían las lagunas Larga y Negra y a lo lejos la majestuosa cumbre del Urbión. Descendimos por la senda de los Tejos, atravesando un precioso bosque donde, a medida que bajábamos, el pinar se iba entreverando con hayas, tejos y brezos hasta llegar a la cueva de los Potros, donde dicen que se refugiaba el cura Merino, líder guerrillero de la guerra de la Independencia. Enseguida llegamos a la laguna de la Cascada, cascada virtual en estas fechas. En su orilla se encuentra un bonito refugio donde yo había pernoctado hace años, hoy en lamentable estado de abandono. Tomando la pista de acceso a la laguna y después una empinada senda, finalizamos esta preciosa ruta en el aparcamiento de Peña Aguda.
Para reponer fuerzas y como colofón a este estupendo fin de semana, nos había reservado mesa María en el restaurante Casa del Médico de Regumiel, donde, como le aseguró su dueño, degustamos “un menú rico rico cocinado por mi mujer”.