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El fin de semana del 17-18 de Junio de 2023, nos reunimos 15 esforzados peñalaros en la Selva de Oza, con la sana intención de “asaltar” el precioso y espectacular Castillo D’Acher, localizado en los Pirineos Occidentales aragoneses, concretamente en el Valle de Hecho y cuya cima alcanza los 2.384 m.s.n.m. A pesar de su aspecto inexpugnable por cualquiera de sus vertientes y de la adversa climatología que nos anunciaban los meteorólogos, nuestro empeño en alcanzar la cima era firme.
(Castillo de Acher)
Desde el punto de vista geológico, esta cumbre se encuentra localizada en las denominadas Sierras Interiores Pirenaicas que bordean por el Sur la zona axial de los Pirineos.
Una vez situados, iniciamos la jornada del sábado, no muy temprano, saliendo del camping Borda Bisaltico donde nos alojamos, en dirección al camping de la Selva de Oza, donde comenzaba nuestra aventura a pie. Desde aquí partimos hacia el Castillo D’Acher iniciando el camino por las rampas más duras de la ruta, dejando así para el final la bajada más larga y tendida.
Atravesamos en nuestra subida unos magníficos bosques de hayas y pinos, hasta llegar a unas empinadas praderas tupidas de un verdor llamativo y con unas vistas impresionantes a medida que remontábamos las innumerables pendientes del terreno. Nuestra vista se deleitaba con el variado colorido y los contrastes de los diferentes materiales que transitábamos.
Protagonistas de esta aventura fueron las llamativas “lutitas rojas” que se observaban desde cualquier punto del recorrido, dando un colorido espectacular a las faldas del Castillo D’Acher y sus alrededores.
Para conseguir llegar a la cima, tuvimos que remontar las “murallas calcáreas” que conforman esta “fortaleza”. Una vez sobrepasado este nivel calcáreo, aparecimos por un flanco del “sinclinal colgado” que constituye este denominado Castillo D’Acher. Las vistas desde aquí son impresionantes, pudiendo observarse el pirineo axial, las sierras interiores, sierra de Alano, etc.

Se ve claramente como este valle colgado ha quedado desconectado de los valles adyacentes (por la erosión de los distintos materiales) y también como en sus zonas más bajas (eje del sinclinal) el agua ha horadado la roca calcárea formando multitud de dolinas, típicas formaciones de los sistemas kársticos como es en el que nos encontramos.
Después de una breve charla geológica al respetable, continuamos subiendo hasta alcanzar la cumbre del castillo, donde disfrutamos del impresionante paisaje y las magníficas vistas que nos ofrecía este punto.
En nuestra bajada aprovechamos para llenar nuestros estómagos antes de salir definitivamente del “castillo” y emprender el descenso rodeándolo por completo, pasando con ciertos apuros algunos tramos algo escarpados. Ya en los últimos kms de nuestra ruta, los senderos se pierden poco a poco y tenemos que atravesar “navegando a estima” por la frondosidad del bosque y bajo la amenazante tormenta.
Una vez recuperado el camino, logramos llegar sin más problemas al final de nuestra aventura, no sin tener que cobijarnos bajo nuestros impermeables y/o capas correspondientes. ¡ Desde luego que había merecido la pena la ruta !
El domingo amaneció lluvioso y ante los pronósticos amenazantes de continuos chubascos, decidimos cambiar la subida al Rincón de Alano por una ruta más corta y asequible. Nos aproximamos con los vehículos hasta el aparcamiento de Guarrinza, para realizar la subida hacia el Dolmen de Aguas Tuertas. ¡Precioso paisaje!
Pertrechados bajo nuestros paraguas y demás artilugios impermeables, conseguimos remontar unos metros más arriba del citado dolmen, hacia el ibón de Estanés (al cual no llegamos), para observar de cerca los sinuosos meandros que hacía el río Aragón Subordán en su curso alto.

Todo ello se traduce en un vistoso valle fluvio-glaciar en forma de artesa, donde el espectacular colorido de rojos, verdes, marrones y grises de los distintos elementos que lo conforman, unido a la presencia de ganado vacuno y equino pastando libremente, realzaban aún más la belleza de este paraje natural.

Por último, regresamos a los coches por el mismo camino de subida y nos despedimos de nuestras aventuras con una tranquila y apetecible comida en el Centro de Interpretación del Megalitismo situado entre la Selva de Oza y el camping de Borda Bisaltico, a la salida del barranco de Boca del Infierno, donde por cierto, nos atendieron con gran amabilidad.

¡ Saludos a todos esos compañeros/as de aventuras, hasta la próxima ¡